Estado Al Reves

Los funcionarios del actual gobierno peledeísta no tienen la mas mínima idea del decoro y guardar las apariencias. ¿Como es posible que cada vez que haya un problema, los "doble moral" del gobierno solo defiendan a los poderosos, nunca a los jodidos? Siempre están del otro lado!

Cuando Nuria hablo del veneno en los panes, ¿A quien salió defendiendo el secretario de salud publica? a los panaderos naturalmente… "coman pan, coman pan que no les va a pasar nada". Y este mismo personaje, en el aeropuerto y ante una inminente entrada del letal virus AH1NI a nuestro país, les ordeno a los empleados que se protegían usando mascaras quitárselas "pues ahuyentaba a los turistas". Todavía después que teníamos pruebas irrefutables de que el virus afectaba el país, el Dr. Bautista Rojas quiso tapar el sol con un dedo.

Veamos los siguientes casos de travestismo administrativo: el ex-secretario de medioambiente, Max Puig, tuvo que pensar en las "graves consecuencias" para unos negociantes de bienes ecológicos, los granceros, antes que hacer cumplir la ley para que abandonaran los lechos de nuestros ríos. En la misma dependencia, el flamante Jaime David, se estreno yéndose del lado contrario, en el conflicto del establecimiento de una cementera en los Haitises. Oh-oh, pero… ¿Y acaso no fue nombrado ahí precisamente para defender la ecología nuestra de estos modernos corsarios? Pero en vez de eso, se “preocupo” mas por el “desarrollo industrial de los campesinos” viendo con bondad la operación de la mina contaminante en una zona virgen por ley; ese bárbaro debiera entonces proponerse como secretario de obras publicas o de Industria & Comercio.

Los congresistas se van del lado del cardenal, el secretario de trabajo con los empresarios, la SISALRIL con los dueños de clínicas y negociantes de la salud, la secretaria de educación defendía a los fabricantes del desayuno, Felucho defendía a los inversionistas y etc., etc., etc. Cada vez que en este país hay un problema, la gente que tiene que dar la cara por las mayorías, entonces sale a defender a los causantes del problema. Y no es de extrañar esta conducta conociendo los principales objetivos de nuestros políticos.

En estos días, Pro-Consumidor menciono la necesidad de una legislación que regule las tarjetas de crédito en el país para proteger a los usuarios de los servicios financieros. El representante de la Superintendencia de Bancos inmediatamente respondió que eso era atentar contra le libre comercio. ¡Barbaraso!

Sigamos este ejercicio de deducción: cuando se formulan iniciativas individuales de negocios que afectan negativamente los intereses del pueblo, los responsables de tales fechorías se disponen a cautivar a las autoridades correspondientes para obtener un escudo protector ante cualquier protesta de la sociedad.

No hay que ser un genio para saber con cuales artimañas se valen para obtener el visto bueno del funcionario y seguir adelante con sus despropósitos pecuniarios. Es por eso que es fácil identificar a los administradores corruptos de nuestras instancias gubernamentales: siempre que adopten posturas en contra de la mayoría y a favor de unos pocos, podemos asumir con bastante convencimiento que se han saltado hacia el lado contrario.